Prensa APUC |
(Valencia, 5 diciembre) En Alejandría, llena del conocimiento en la antigüedad, su
gran patrimonio la biblioteca-museo y sus 400 mil libros, fue quemada por los
bárbaros, símbolo de cultura y ciencia 300 A.C. La iglesia persiguió a los
catedráticos en el medioevo, por no compartir su dogma. Les quitó los espacios
físicos y el financiamiento. La Universidad de Salamanca fue asaltada a los
gritos de muerte a los intelectuales, muerte a la inteligencia. En nuestro
pasado siglo, los dictadores de montonera cerraron nuestras universidades
autónomas.
Hoy, en el siglo XXI nuevamente la barbarie como nunca antes
en la historia republicana, ha mostrado de cuerpo entero su odio hacia el
conocimiento y sus principales centros: las Universidades. Las ahogó de manera
criminal, financiera y presupuestaria. Le fue minando sus competencias hasta
vaciarlas del todo y sólo le dejó recursos financieros para cancelar las
quincenas. Sus recursos para la extensión y la investigación así como para el
mantenimiento de la planta física - a la par que veía sin ponerle coto al hampa
organizada, en su tarea de desmantelamiento, transporte, áreas verdes su aspecto
físico ambiental en general - han sido destruidos por completo.
La política de matar moralmente a la institución se inscribe
en ir reduciendo cada vez más los espacios y calidad académica, con unos
salarios de hambre, que hacen poco atractivo la universidad para demandar
personal docente y de investigación, razón por la cual, cada vez que hay
concursos, éstos quedan desiertos. Estos
20 años han sido de acoso y maltrato, persecución, en todos sus órdenes, pero
estos cinco o tres particular con acciones colectivas violentas contra
profesores, estudiantes encarcelados en juicios sumarios en todas las
universidades autónomas, pero mayor énfasis en la UC. Empezaron con Santiago
Guevara y terminaron con Ramón Bravo e Iván Uzcátegui, arreciando su
persecución cuando a nuestra Rectora se le impidió viajar y tiene prohibido
salir del país.
Una campaña en contra de la institución que engloba a la
Rectora y dos autoridades más: el Secretario y el VR Administrativo. Toda una
campaña mediática dirigida desde y por el gobernador del estado y su grosera
intervención en las elecciones estudiantiles, tratando de avalar un fraude
donde resultó derrotada la candidatura que él apoyó en el proceso. Todo esto en
medio de la liquidación de la legislación laboral, la judicialización de la
protesta, cuyo caso más emblemático es la de los sindicalistas de Guayana,
encabezados por Rubén González y 9 dirigentes más, unos enviados a El Dorado y
Rubén González enviado a La Pica, juzgado sumariamente por tribunales
militares, con el mismo libreto de acusaciones que le han imputado a los presos
políticos que disienten del régimen. Lo último es habernos rebajado el salario
con la imposición de una tabla salarial única, solo avalada por el gobierno y
sus sindicatos patronales.
Por lo antes expuesto, no
hay nada que celebrar. Asimismo, la situación económica arropa también a la
APUC, hemos sufrido los mismos rigores. Sí, nos quitaron los recursos de la
previsión en el mismo orden que fueron rebanando el presupuesto, de tal suerte
que no tenemos recursos, ni siquiera para la movilización hacia Caracas, no podemos hacerle un merecido
reconocimiento y homenaje a nuestros profesores activos y menos a ese
patrimonio docente como lo son nuestros jubilados, que hoy padecen la
tragedia de los salarios de hambruna.
Nuestros recursos de la previsión para salud desaparecieron,
así como las primas complementarias del salario. Por eso nuestro llamado en
enero a redoblar, arreciar la lucha de calle, en contra de un gobierno enemigo
de la inteligencia y de sus centros de enseñanza. ¿Qué podemos concluir, en
esta fecha de tanta relevancia para los profesores universitarios? Que nuestra
situación es más que deplorable en un marco donde la provocación del gobierno
es permanente para que definitivamente mordamos el peine y los confrontemos en
su política. Sin embargo, los seguiremos confrontando en la calle, sin cerrar
nuestras puertas y ratificamos que aquí el único responsable de romper la paz
social, es el gobierno nacional por su política antiuniversitaria.
Para enero todo el país
laboral ya le anunció al gobierno que estaremos en la calle demandando las
reivindicaciones que fueron burladas en unas fulanas mesas de trabajo,
imponiendo un salario único y violando la contratación colectiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario